No sé bien qué fue antes, si elegir Australia o si hacer el esfuerzo de
poder combinar Australia, como objetivo principal, con Fiji como añadido, destino "de islas" que siempre nos había "picado" tras haber conocido ya muchos otros célebres paraísos como Polinesia Francesa, Belice, Maldivas, Seychelles, Los Roques, Fernando de Noronha, Morro/Bohipeba, El Nido en Filipinas o las grandes desconocidas San Andrés y Providencia en Colombia.
Lo cierto es que este viaje se presentaba a priori –y ha sido- bastante más "complicado" y "exigente" que todos los anteriores. Llevába ya muchos años "aspirando"a ir, pero desde que lo descarté en 1.995 por Costa Rica, por ser mitad de precio, lo había ido dejando ante propuestas más accesibles y cómodas para 2 semanas.
Aunque siempre suelo dejarlo casi todo cerrado con meses de antelación, en esta ocasión tuve mucha más miga en cuanto a preparación.
Un planteamiento de 2 días en Melbourne, 6 dias de carretera Melbourne-Sydney, 3 dias en Sydney, más 8 noches en Fiji (en 4 islas) con vuelta Sydney y a casa, era un reto, sobre todo por la elección y ubicación de los hoteles y las visitas y actividades a realizar, con un mix de "no queremos perder tiempo", pero "estamos de vacaciones así que con calma, please".
Un viaje más caro de lo habitual (eran además 3 semanas), que contrasta con el único que habíamos hecho de 3 semanas (Vietnam, 2007) y que fue tan emocionante como increíblemente barato.
Este ha sido uno de esos "
Grandes Viajes" en los que es difícil definir –por ser una suma de muchos microviajes y experiencias muy diversas- de una manera global su perfil, pero lo que sí tengo claro es que hemos puesto ya el listón muy alto (esto me suena…) y la recompensa al "esfuerzo" realizado me ha parecido máxima ya que éste ha sido, sin duda, para mí,
el mejor y más satisfactorio viaje que he realizado hasta ahora: increíble y gratificante en todos los aspectos, y eso (estando mal que yo lo diga), habiendo viajado lo que hemos viajado, lo pone mucho más en valor.
También creo que ha sido un viaje
algo "atrevido", no apto para todos los públicos, por equipaje, trajín, logística, conducir por la izquierda,...
VIDEOS DEL VIAJE:
Melbourne
Ruta Costera
Ha sido el primer viaje con una GoPro Hero 4 Silver: he entrado en otra dimensión de la fotografía con esa minúscula camara que hace cosas tan increíbles y que todavía creo que no soy capaz de sacar el máximo partido…., además la app del TomTom Australia para el móvil ha sido mi amiga fiel e inseparable, como las nuevas gafas de bucear que llevamos (que causaban sensación a todos los que nos la veían).
A la mayor complicación de este viaje (reservas anticipadas con Booking.com en hoteles y lugares muy pensados), se sumaba la logística del equipaje (2 maletas grandes y una mediana, más una mochila, bandoleras…). Ufff, el tener que llevar ropa "de invierno" (en Melbourne y la costa, entre 5 y 13 grados y ya en Sydney, entre 8 y 21) y de trekking, multiplicó las necesidades de maleta: calzado apropiado, chupas, forro polar,…. . Al final tuvimos mucha suerte y en general bastante sol y nada de lluvia, o sea el tiempo fue genial aunque a veces frío y ventoso (bueno, en Fiji entre 22 y 30, una gozada).
Los vuelos
As usual, reservados y pagados con casi 6 meses de antelación, con Emirates. Muy buen precio y ahorro. Una gozada de compañía. Madrid-Dubai-Melbourne, Sydney-Dubai-Madrid. Escalas mínimas en Dubai (2h.) y los dos tramos largos con el descomunal Airbus A380 (que ya cogimos para el Dubai-Singapore de 2013) con wifi a bordo y con + de 2000 películas para ver…vaya sobrada, lo cual paliaba las 13,15h de ida y las 14,30h de vuelta (sin contar las 7h del Madrid-Dubai). Paliza, sí. Y sin olvidar el vuelo de 3,30h. de Sydney a Nadi (Fiji), donde estábamos ya a +10h. de diferencia horaria con Spain (+8h en Australia). El vuelo con Fiji Airways me pareció caro para la distancia (y aquí vale poco la antelación de la reserva: "ir se paga", y el vuelo iba ciertamente a tope). Joder, en un punto remoto en una isla al norte de Fiji, llegamos a estar a casi 17.400 km del botxo. Ufff, un record que no superaremos hasta que vayamos a Nueva Zelanda, un objetivo ya muy claro, aunque más adelante. Este viaje tenía una razón de ser: cumplía 50 tacos en Octubre, juasss, y llevaba tiempo esperando a experimentar con algo más alternativo como Australia (en coche) y Fiji como destinos-excusa menos convencionales y más remotos.
De cualquier forma, siempre he pensado que casi todos los destinos de viajes están siempre algo "sobrevendidos", lo cual cuanto más viaja uno sucede que la subjetividad se va tornando en objetividad. Por ello quizás Fiji "objetivamente" no haya sido mucho mejor que otros sitios similares que ya conocemos (posiblemente sería "tirar el dinero" viajar SOLO a Fiji desde España), pero uniendo Fiji a algo tan especial y diferencial como Australia (y hemos visto realmente muy poco de este país), la sensación final –no sé si por lo tan remoto de estas islas- es que Fiji podría ser la quintaesencia del paraíso (con todas las sensaciones y actividades que no son simplemente tomar el sol, claro).
Sobre Australia
Australia. "Solo" 23 millones de habitantes. A veces cuando uno observa un mapa no es consciente del tamaño de cada país o de cada continente.
Qué pasada!, es enorme, eh?.
"Aussie" u "Oz" es el término slang amistoso con el que a los australianos les gusta que les llamen a ellos o a sus productos, y aceptado en todos los ámbitos. Algunos tips: lo difícil que es entender a veces a algunos australianos cuando hablan, lo limpio que está todo, es imposible encontrar un papel en el suelo. Muy poca, por no decir poquísima gente en Australia fuma (el Marlboro a 23 euros!). Eso sí, cuando vas a comer o cenar, si pides agua no te la cobran. No escuché por las calles ninguna bocina de coche y ningún reproche a ningún conductor. Son muy deportistas, te encuentras a las 7h de la mañana mucha gente corriendo. No ves ni un policía por las calles ni en las carreteras, y en cambio la sensación de seguridad es total, como en ninguna ciudad del mundo hemos visto.
La gente es muy simpática y enseguida, por nuestro acento, nos preguntaban de dónde éramos; también muy "british", en el sentido "polite" del trato. Y, en general, todo es bastante caro (la actual cotización del euro tampoco ayuda: 1 AUD=0,7 EUR). El nivel de vida es MUY alto y nos recordaba al nivel que vimos en Copenague y Estocolmo. También me llamó la atención el aparente bienestar de la clase media australiana, el consumo y todo lo que se está construyendo (tanto en Melbourne como en Sydney) y algunos hablan ya casi de burbuja inmobiliaria.
He leído que el salario mínimo es de 1.900 eur, y el medio de 4.200 eur, los precios de la vivienda por las nubes…y con "solo" un 6% de paro. Un cañón de país, que pone además muchas restricciones para ir a trabajar.
Habíamos sacado un visado (gratuito) electrónico, no exento de cierta complejidad por internet. El pais es realmente gigantesco y había que elegir muy bien los sitios a visitar en solo dos semanas. Enseguida ví claro que no quería ni podía perder el tiempo. Había muchas webs que la presentaban, pero ésta fue "definitiva" (
http://www.australia.com/es-cl/itineraries/nsw-sydney-to-melbourne-coastal-drive.html) y confirmé lo que ya había leído en muchos foros:
la ruta costera Melbourne-Sydney en coche -más larga que por la autopista interior- ofrecía cosas super-interesantes (y muy novedosas para nosotros) y era una alternativa acojonante para los días de que disponíamos, dejando de lado otros destinos más turísticos, más caros (más aviones, taxis,…) y con más exigencia de disponibilidad de tiempo, como Darwin, Ayers Rock o la Gran Barrera de Coral.
Acertamos de pleno. Las carreteras, además de muy buenas y con poco tráfico, eran espectaculares, algunas entre bosques, y por la gran diversidad de pueblos costeros y cosas que vimos (algunas fotos son realmente increíbles) y lo tan entretenido que fue todo, hicieron de la esta ruta una delicia, salvo un día en el que el trayecto quizá se alargó en exceso. Las puestas de sol y los amaneceres eran de película. Y de verdad que
no ha sido un viaje para nada "cansado", de hecho dormíamos más que suficiente (8-9 horas/día) ya que anochecía a las 5,30pm y sobre las 9pm ya estábamos casi siempre en la cama...porque amanecía muy pronto: para las 8am ya estábamos en carretera de nuevo tras desayunar en condiciones.
La compaginación de aventura y naturaleza con la estancia en dos ciudades como Melbourne ("Mélburn") y Sydney ("Sídni") nos ha permitido seguir conociendo grandes urbes no europeas, lo que dosificadamente cada vez me gusta más (Kuala Lumpur, Singapore, Miami, Dubai, Hanoi, Ho-Chi-Minh, Yangon, Nueva York, Estambul, Lima, Caracas, Bogotá,…). Nos encanta conocer ciudades grandes que merezcan la pena, más aún cuando cuadra o pilla de paso.
Melbourne
Melbourne nos fascinó, aunque Sydney me cautivó tanto como NYC, lo cual es sin duda MUCHO decir. Empezando por el primero (casi 4 millones de hab.), llegamos un lunes a las 5am, así que a las 8am ya estábamos desayunando cerca de la super-moderna Federation Square, el centro desde donde uno empieza a conocer una ciudad preciosa, muy bien cuidada y por cierto bastante cara (lo cual no significa que te gastes mucho dinero, claro).
Todo en orden, era increíble: tranvías, bicicletas, poco tráfico y una multiculturalidad que nos llamó mucho la atención. Visitamos el Aquarium que nos dejó boquiabiertos, sobre todo con los pingüinos y las mantas. Sin palabras. Toda la ribera de Southbank era increíble por cómo se habían diseñado los edificios en perfecta conjunción con el río.
Luego subimos al edificio más alto de la ciudad: la
Torre Eureka, a orillas del
rio Yarra, y a 300m. contemplamos una ciudad preciosa, con muchos parques (que también visitamos) y desde donde en el piso 88 nos atrevimos a montarnos en un cubo con suelo transparente que se desplazaba hacia fuera desde la propia estructura del edificio en el
Observation Deck. Glups!.
Visitamos también la
catedral de St. Patrick, una chulada, y un mercado muy animado, enorme y entretenido que haría palidecer a los de Londres o Amsterdam: el famoso
Queen Victoria Market, donde compramos algunas curiosidades, como unas bolsas rellenas de un extraño líquido que cuando aprietas una especie de ficha que hay dentro, se ponen media hora a casi 50 grados. Los
Docklands y sus muelles, las callejuelas,
Chinatown, Melbourne Central, en fin, en las fotos se ve por qué digo todo esto de Melbourne, todo un centro cultural.
Muy alternativo, con tiendas estilo vintage, muchos músicos callejeros, bares y restaurantes muy distintos unos de otros y muy auténticos a su vez. Casas majestuosas, mansiones victorianas, cuidados jardines, tranvías de madera,...Las calles son anchas, muchas de ellas con graffitis que decoran sus fachadas y la gente, paseando sonriente con una expresión de lo más agradable reflejada en su cara. No hay prisas, todo el mundo va a su ritmo pero sin correr.
A los 30 minutos de pasear por estas calles ya habíamos decidido que nos encantaría trabajar y vivir una temporada en esta ciudad, vibrante y ciertamente pequeña: la recorrimos casi entera y solo cogimos un par de taxis (precio razonable) por alejarnos mucho de nuestro hotel (
http://www.accorhotels.com/es/hotel-5505-ibis-styles-melbourne,-the-victoria-hotel/index.shtml), por cierto muy recomendable, céntrico y perfectamente situado. Hemos leído que la ciudad ha evolucionado mucho en los últimos años.
Ruta Costera Alquilamos con Europcar un Hyundai Elantra blanco (molaba!) por 80 eur/dia con seguro completo, que devolví en Sydney 7 dias después, en el que nos cabían las tres maletas en el maletero y venga, a conducir por la izquierda (solo lo había hecho en Bora Bora y en Seychelles, o sea, sin apenas tráfico) y encima por primera vez en mi vida con cambio automático.
Me había instalado en el móvil el TomTom Australia y genial!!!, todo perfecto. Bueno, la primera media hora en Melbourne me sentía principiante total, y acojonado claro. Luego ya coser y cantar. Como me encanta conducir, enseguida empecé a disfrutar (me esperaban casi 1.600 km) y se acercaban momentos gloriosos.
Ese día el objetivo era llegar a
Cowes (a 197 km), visitando
Phillip Island. Tremendo: visitamos una especie de "wild park" donde estuvimos rodeados de decenas de canguros y otros parecidos (Pademelons y Wallabies), y tambien vimos de cerca wombats, koalas y el diablo de Tasmania.
La foto "ansiada" con un
Koala no fue posible: son animales salvajes en riesgo de extinción, no están domesticados y no se les puede ni tocar. Una gozada increíble, como comprobarás en las fotos y videos. Estábamos
entusiasmados con los canguros porque era un momento muy esperado y los riesgos parecían estar controlados, aunque con cierto respeto... Pero eso no fue nada cuando después cogimos un boat-tour en una enorme lancha rápida (para unas 15 personas) que nos llevó a unas islas en medio de bastante viento y respetables olas, para estar rodeados de cientos de divertidas focas que se nos acercaban y nos miraban fijamente, lo que nos pareció apoteósico. Daba algo de respeto estar allí, por lo salvaje y remoto. En ese momento pensé:
this is Australia!!. Después de seguido fuimos pitando en coche al Pinguin Parade, donde pudimos ver de muy cerca cómo cientos de pingüinos enanos entraban al anochecer por la orilla espumosa de las olas en una playa salvaje y luego subían en filas por una colina. Gracioso y "enternecedor". Aquí ya fue el climax jaja y posiblemente coronamos el mejor dia de la ruta costera.
El hotel (
http://www.arthurphillipmotorinn.com.au/), tenía una habitación enorme (y como todos los de la ruta, con una cocina completamente equipada y mantas eléctricas incorporadas en enormes camas). El cenit ya fue jaja la cena en un restaurante de Cowes donde nos atendió una canaria muy simpática, pa flipar: probamos por primera vez en el viaje 3 ostras c/u con algo de miedo (en España, más de dos, me machacan) que estaban exquisitas y diferentes de forma y sabor a las europeas, pensando además en que como laxante nos podrían ayudar…pero no nos ayudaron jajaja y el resto del viaje las comimos a saco: irrepetible. No llegaban a los 2 euros!!. Un regalo, al parecer no son muy apreciadas allí. En cambio, eso sí, el vino blanco estaba a unos 7-9 euros la copa!!!! (o copita, vaya), mientras que las botellas eran "solo" de aprox. 25 euros, por lo que aprendimos a pedir botellas mejor. No entendíamos los precios cuando todo aquello está lleno de bodegas….
El siguiente destino era
Yanakie (a 123 km), junto al
parque nacional de Wilsons Promontory, con multitud de senderos que se asomaban a la costa. Una chulada. Visitamos el pueblo costero de
Rhyll, Cape Woolamai,
Churchill Island, Fish Creek y el parque nacional, con unas playas, unas rocas y unos paisajes imposibles. Un fotógrafo profesional disfrutaría al máximo. Vimos más canguros y de chiripa casi atropello a uno que se nos cruzó. Vaya susto!!!. Parábamos muy a menudo a fotografiar paisajes, wombats y canguros sueltos pululando. Nos esperaba posiblemente, si no el mejor hotel (
http://www.blackcockatoo.com/), sí la mejor localización: una cabaña aislada con vistas al mar y a un enorme prado, con un porche de lujo. Las fotos lo dicen todo.
El tercer dia nos llevaba hasta
Metung (a 264 Km), visitando Yarram (donde desayunamos en un bar que nos recordaba a un montón de películas jajaja, no pintábamos nada jjj). Unas cascadas (las más altas del estado de Victoria)
Agnes Falls, y el precioso pueblo costero de Metung (con un enorme pellícano en una terraza del puerto pesquero) y su vecino
Lakes Entrance. Una cenita rica (ostras of course) y al peor hotel de todos (no era malo, pero fue el más normalito
http://www.metungholidayvillas.com/)
El siguiente paso fue ir a
Mallacoota (a 226 km), donde pudimos ir viendo las
playas del Cabo Conran y unos paisajes increíbles. Desde el pueblo, poca cosa, visitamos unas playas espectaculares con un poco de trekking y también un refugio militar de la II Guerra Mundial. Esto nos permitió comer en Lucy's, jajaja, su propietaria era una china muy simpática a la que luego fuimos a visitar tras la cena a tomar un "white wine by the glass". Aquí, pa flipar, dormimos en una habitación que era una especie de "tubo". Acojonante, en un camping de caravanas (
http://mallacootacaravanpark.com/) y allí cerca vimos "pastar" canguros al atardecer, que se alejaban saltando según nos acercábamos.
El destino que nos aguardaba era
Narooma (a 214 km) y visitamos la espectacular
Eden, Pambula y su playa, unos pueblos curiosos que mantenían la arquitectura de hace un siglo (Central Tilba), preciosos. Comimos en el que quizás fue el mejor restaurante de todos y dormimos en un hotel con unas vistas de canguelo (
http://whalemotorinn.com/).
Al día siguiente, en
Narooma, antes de salir hacia
Huskisson (siguiente destino, a 175 km), fuimos al puerto y tuvimos la fortuna de contemplar de muy cerca a unas enormes focas que estaban en la entrada del puerto subidas a las rocas. Increíble, y a 100 metros, gente haciendo surf. Serían las 8am y pese al sol hacía mucho frío. Una maravilla. De camino a Huskisson, paramos en la (famosa)
playa de Pebbly para ver canguros en la arena (supuestamente estaba petado...), pero solo vimos dos canguros que tuvieron que aguantarnos pacientemente una divertida sesión fotográfica jaja, les jodimos la siesta!!. Vimos también algunos pueblos como Ullaloa y la famosa
Hyams Beach, en Jervis Bay, de la que habíamos leído que tiene la arena más blanca del mundo, lo que pudimos comprobar. Pa mear y no echar gota. En Huskisson lo bordamos porque al llegar reservamos la excursión de avistamiento de ballenas para el día siguiente y después cenamos, por fin, en un grill un par de trozos de carne de Angus con parrilla en la propia mesa y que se deshacía en la boca. El vino tinto de la cena lo compramos en un local de al lado (una especie de cash, solo de alcohol, y luego el restaurante te cobraba 3 eur por el descorche). La habitación del hotel, gigante. Muy bien (
http://huskissonbeachmotel.com.au/)
La excursión del
avistamiento de ballenas fue emocionante: tremendo!. También pudimos ver delfines, pingüinos y más focas. El regreso del barco junto a los acantilados completó una excursión inédita y extraordinaria que nos dejó
alelados por la experiencia… veíamos cómo las ballenas dejaban un rastro de aceite en el agua tras expulsar el agua a presión. Pufff. Creo que sería buena idea hacer una excursión muy cercana desde la costa vizcaína, que organizan para ver ballenas también.
SydneyPero teníamos ya muchas ganas de llegar a
Sydney (a 185 km) porque el whale watching duró más de lo normal y tuvimos que hacerlo rápido, parando ya a comer solo
en Kiama, un pueblo costero espectacular.
Llegamos a Sydney a las 6pm y el coche tenía que haberlo entregado a las 4pm. No problemo. Llegué al aparcamiento de Europcar en un lujoso hotel, lo aparqué en el sótano -7 (en serio!), dejé las llaves en un mostrador vacío y hasta hoy. El coche super guarro por dentro y por fuera jaja. Y ya fue, subir a la habitación de nuestro hotel (situación inmejorable
https://www.tfehotels.com/brands/vibe-hotels/vibe-hotel-sydney) y salir a pata disparados a la bahía de Sydney (a 25 min.) para picar algo por allí pero sobre todo contemplar por primera vez unas de las construcciones arquitectónicas más increíbles del mundo.
Allí estaban. Frente al imponente
Harbour Bridge de la bahía, el
Sydney Opera House. Impactante al máximo y con mucho ambiente (hay unos restaurantes chill-out al aire libre por todo el borde del paseo). Lo conseguimos, estábamos allí embobados: ostritas (a 2 eur!) y blanquito de por medio, viendo el skyline nocturno, los transbordadores sin parar de entrar y salir de los muelles bajo el skyline, el puente…espectacular,.. En fin, volvimos al hotel en taxi porque estábamos algo cansados y solo queríamos regresar al día siguiente para ver todo de nuevo a la luz del sol y cruzar el puente frente a la Ópera y ver todo el panorama y pillar un ferry. Eso fue lo que hicimos. De diez!!!.
Sydney, casi 4,5 millones de hab. Tan visitada...y tan fotografiada.
Es una ciudad perfecta. La mitad de su población no ha nacido siquiera en Australia, sino que es de origen chino, indonesio,...Hay también una importante comunidad aborigen. Comenzamos por el
Habour Bridge, construido en 1.932, que conecta norte y centro de Sydney. Lo cruzamos a pie y descartamos por caro (120 eur c/u) escalarlo a pie (140 metros sobre el agua: súbete tú con unos arneses, y con viento, para sacarte arriba un selfie con la GoPro y la Opera de fondo: esa foto nos la ahorramos ja!).
La imponente Opera House, un edificio de 1.958, es en realidad una composición de construcciones sacadas de una sección de una esfera, increíble, con forma de "velas". Tomamos, desde los ajetreados muelles de
Circular Quay, un barco (it's a must!!) por toda la bahía de Sydney (vistas de verdad, debo decir, impresionantes) y que paraba en varios sitios (
Fort Denison, un antiguo islote fortificado para presos conflictivos, y otros pueblos costeros preciosos), hasta llegar en 30 min. a
Manly, un pueblo que nos encantó por su playa enorme y muchas tiendas.
Visitamos en Sydney el barrio de moda de
The Rocks, antiguo y bohemio y entramos gratis al
Museo de Arte Contemporáneo, muy interesante. Fuimos en bus a la super-famosa
Bondi Beach, llena de grafittis muy currados, tiendas de tatoos y hasta una pista de patinaje sobre hielo al aire libre.
Una pasada!, en verano esta playa está petada. Subimos al
Sydney Tower Eye, y otro día visitamos el espectacular
Darling Harbour, una animada zona de recreo en Sydney, con el mayor aquarium del mundo al que no entramos para no compararlo con el de Melbourne, que nos dejó ya suficientemente "impresionados".
Chinatown estuvo genial y visitamos un gigantesco mercado chinaco permanente que creo es lo más bestia que hemos visto, por número de puestos, pero muy ordenado y limpio. Cenamos en un restaurante asturiano, que fue un absoluto fiasco. En fin, típico.
Fiji
El viernes 3/julio, tras tres noches en Sydney, salimos ya para
Fiji con poco equipaje (parte lo dejamos en Sydney), conscientes de que allí iba a ser todo sol, buceo y carga de pilas.
A ver. Las Islas Fiji son lo que uno espera de ellas,
playas tropicales de aguas limpias y transparentes, con peces de todos los colores nadando alrededor del coral, de arenas blancas sombreadas por palmeras llenas de cocos…eso es Fiji. Nos recordaba un poco a Polinesia (Bora Bora y Moorea), que por cierto no estaba tan lejos. El snorkel es de lo mejor que he visto nunca, norte de Bali al margen.
También leímos que eran famosas por la amabilidad de los fiyianos, que han sido votados por varias revistas de viajes como "la gente más amable de mundo". No suelen gustarme esta clase de votaciones, aunque en este caso no podría decir lo contrario: en general son gente simpática, sonriente y que te esperan en su isla tocando la guitarra y cantando...Eso sí, todo muuuuyyyy lento, y es que ellos son así, no hay que ponerse nervioso si esperas y esperas: el "
Fiji Time" (como le llaman allí a la pachorra) es como una visión del tiempo diferente. Pa' flipar.
El 35% de la población tiene raíces indúes, descendientes de indúes traídos por los británicos para trabajar, y la mayoría de fiyianos son católicos metodistas. Les encanta beber "cava", pero ojo!: es una bebida tradicional hecha con las raíces de una planta que te deja un poco anestesiado (joder sabe a demonios jaja, y "nos obligaron" a tomar tres hasta que dijimos "thank you, it's enough"). Viendo además cómo "colaban" el líquido con las raíces en un saco-calcetín dentro de un cuenco enorme…en fin.
Fiji esta formada por 2 grandes islas principales, Viti Levu y Vanua Levu, pero son 320 islas (100 están deshabitadas) y más de 500 "islotes".
Las Yasawas son geniales y muy recomendables: son aprox. 12 islas volcánicas propiedad de las gentes que ahí viven, al igual que los resorts u hostales que hay: así lo que gastas lo dejas en la economía local. Están bastante vírgenes y no reciben muchos turistas, con lo que siguen bastante tranquilas.
Había contratado ya hoteles y traslados (y pagado todo por adelantado) con
Awesome Adventures (
http://www.awesomefiji.com/), una compañía fijiana-neocelandesa especializada en Fiji. Allí es muy complicado ir por tu cuenta si no reservas antes (no puedes contratar una lancha "solo para tí"...hay distancias largas...). Además, son hoteles bastante pequeños y hace falta una logística de transporte necesariamente "convencional" (catamarán regular y lanchas de los propios hoteles esperándote para subirte y/o bajarte del mismo en cada isla). Nos llamó la atención la cantidad de gente que viajaba allí sola (muchas chicas), desde Auckland, Melbourne o Sydney, y
con un claro perfil backpacker.
Llegamos a Nadi (en la isla de Viti Levu) ya de noche (6am) y disfrutando de calor (por fin!!), dormimos en un hotel de playa, en el predominaban mochileros, cenando con espectáculo de fuego por aborígenes para turistas, jaja claramente estábamos allí de paso para estar muy prontito al dia siguiente en la Marina de Port Denarau y tomar un catamarán hacia, por fin, las islas Yasawas. El plan era estar en tres islas (Nacula, Drawaqa y Naukacuvu), 2 noches en cada una.
Las nuevas gafas de bucear "Easy-Breath"que llevamos causaban más que sensación a quienes nos la veían puesta (
https://www.youtube.com/watch?v=VG-o0zW1o24) jaja qué descojono, la gente flipaba, de verdad. Decathlon, 35 euros!!. Compra super-recomendable para quienes solo queremos hacer snorkel y no bajamos más de 4 metros. Otro mundo (respiras por boca y/o nariz, con visión de 180 grados, y no se empañan).
Comenzamos en la primera isla (
Nacula), que fue -a propósito- la más alejada entre las opciones disponibles, a 4,30h. en catamarán, en un paseo de verdad delicioso que nos permitió ver desde el tejado del barco el resto de islas y hoteles en los que se bajaba la gente (este barco sube y baja diariamente desde Port Denarau y deja/recoge gente en las verticales Yasawas).
Llegamos al Oarsman Bay Lodge (
http://oarsmanbayfiji.com/) con una impactante playa de postal, prácticamente desierta, y con solo dos hoteles (escondidos en la vegetación), posiblemente la mejor de las Yasawas. Wow!, idílico.
Esta playa fue la mejor del viaje. Unas cabañitas muy chulas y limpias nos esperaban, pero el hotel, algo triste, estaba regentado por una familia de fijianos y adolecía de que los empleados habian hecho un curso rápido de Hostelería en CCC y claro, no se podía pedir más, además del ritmo del "Fiji Time". Horarios de comida
marciales e ilógicos (8am, 12am y 7am), con platos únicos y mesas comunes. No estuvo mal pero íbamos por la arena al otro hotel (más caro) a chupar wifi y a "tomar los vinitos".
La paz era tal que solo se interrumpía un par de veces al día cuando llegaba un hidroavión hasta la orilla para dejar o recoger clientes...del otro hotel juasss. Un snorkel de lujo a poca distancia y dos excursiones a nadar a una cueva natural y al famoso
Blue Lagoon, donde se rodó la empalagosa "El Lago Azul", que fue realmente maravilloso.
En el siguiente hotel, en la isla de
Drawaqa, el Barefoot Manta Island Lodge (
http://www.thebarefootcollection.com/manta-island), era una reserva marina en la que supuestamente íbamos a poder ver muchas mantas, además la isla tenía tres playas, en fin, pintaba muy bien, pero nos pasó que hubo un error en la reserva y nos asignaron una cabaña destartalada y con literas... y ventanas de madera que no cerraban bien, y sin baño, en fin, porque estaba todo el hotel "fully booked" por una boda. Socorro.
Nos quejamos con contundencia (aunque no era culpa del hotel) y conseguí hablar con la "Booking Manager" de Awesome Adventures para montarle el correspondiente pollo. La solución fue muy satisfactoria: "ha sido culpa nuestra, no se preocupen por nada, lo sentimos mucho, pero duerman hoy en ese alojamiento que mañana les llevamos en lancha privada al tercer hotel de su ruta, pero a una suite de superlujo".
Ufff, no hay mal que por bien no venga. Nos llevaron en lancha y nos metieron en una suite, no sé, ¿200 m2?: Costaba 800 eur/dia. Así que genial, minibar gratis y a distrutar de la diminuta isla de
Naukacuvu... que no aparece en el mapa de arriba.
Era el
Paradise Cove Resort (
http://www.paradisecoveresortfiji.com/), en una localización ciertamente imponente. Una gozada, aquí había hasta piscina, un lujo, y las comidas (por fin, "flexibles") eran propias de un excelente restaurante, todo muy cuidado y delicioso. Ha sido donde mejor hemos comido de todo el viaje. El Garden Bungalow que teníamos para los 2 dias ya previstos estaba muy bien también pese al "downgrade" jaja, con la ducha del baño bajo las palmeras, fuera...
Gastamos pasta en vino blanco, jaja....Fuimos a ver mantas (pocas, pero después de las que vimos el año pasado en Belice, que hasta se dejaban tocar, no nos importó demasiado) y snorkel, y visitamos un poblado ("Soso"), en el que hubo que hacer primero una ofrenda al jefe de la tribu. Paripé?, no estoy seguro, todo parecía muy solemne: estuvimos en un colegio y charlando con niños (muy divertidos) y profesores, y compramos algunas artesanías locales a muy buen precio.
Vuelta a
Port Denarau en un catamarán "amarillo", distinto del de la ida, que iba super-follao en medio de (inexplicables) olas que surgieron de repente y que hizo que todos nos mareásemos bastante: reconozco que llegué a preocuparme por los botes tan bruscos que dábamos (como si fuésemos "ganado"). Cabrones jjj.
Última noche obligada en Nadi (en Viti Levu) y al dia siguiente vuelta a Sydney y aprovechar 5 horitas deliciosas en Sydney antes de salir ya para Dubai. Cómo no, fuimos a comer más ostritas (en Fiji no habia!) y un sushi junto al Opera House para despedirnos de ese espacio tan icónico, en una ciudad verdaderamente excitante y vibrante.
Visitamos el mercadillo de Paddington, lleno de puestitos vintage, posavasos retro, bisutería super-chula, vinilos, puestos de ropa y comida, música en directo, todo en armonía: no nos pudo quedar mejor sabor de boca. Vimos en Circular Quay una feria dedicada a Francia y bebimos un Burdeos muy rico…Nos dió mucha pena marchar...apurando todo.
A la vuelta quedamos con las pilas cargadas al máximo, solo sufriendo un jet-jag de caballo.
Este viaje ha sido un pelotazo, igual dentro de unos años...ufff, tendré otra excusa para darme otro largo parecido (no sé si volvería a Australia, antes tocará Nueva Zelanda, hay que ahorrar) en un plan similar. Pena que esté TAN lejos.
El próximo viaje a Camerún estas navidades ya está cerrado y es muy prometedor, con expectativas muy altas -tras haber estado en Mozambique- lo que va a ser un excelente colofón para terminar de celebrar mi medio siglo, yeah!!. En 2016 ya veremos, aunque tengo Madagascar en el punto de mira...
VIDEOS:
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